Pokemon Go y yo: Parte 1
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Written by urd at 2016-08-02 23:27:49.
Updated by urd at 2016-08-04 02:05:30.
Pokémon Go, este grandioso juego tan popular que ha arrasado con la atención y los celulares de grandes y chicos por igual. Desde sus inicios en 1999 (Latinoamérica) ha sido objeto de diferentes críticas que intentan opacar los aspectos positivos de lo que representa esta franquicia. Comentarios como “Ya deja eso y ponte a trabajar”, “Qué ridículo; tan grande tú y jugando a atrapar animalitos imaginarios”, y “Deja de buscar pokémon y mejor busca a Jesús” sólo dejan en visto la ignorancia de las personas que juzgan sin fundamento alguno, como si ellos mismos fueran tan infelices que no desean ver a nadie más divertirse a su gusto. Existen aún muchas personas que intentan desanimar a las personas de jugarlo, diciendo que es una pérdida de tiempo, que no trae nada bueno, y demás. Analicemos los aspectos positivos y negativos del juego, basados únicamente en mi experiencia y opinión.
O sea, en mi muy poca experiencia.
Pokémon Go vs. fanatismo religioso.
No me voy a meter mucho en esto porque la religión de por sí es un tema muy sensible. Sin embargo, no es ajeno a nosotros los otaku que los religiosos generalmente nos van a intentar evangelizar, o lanzarnos sus argumentos más feos para dejarnos saber que lo que nos gusta nos llevará al infierno; todo porque los pokémon evolucionan, algo con lo que el cristianismo está contundentemente en contra. También, los argumentos que dan son bastante tontos: hacen alusión a que uno controla a los pokémon como Salomón a los demonios. Obvio esto carece de sentido común y exhibe un fanatismo y una ignorancia extrema con todo lo que tiene que ver esta franquicia. Sin embargo al ser una comunidad muy grande y con influencias, las opiniones al respecto siempre van a pesar fuertemente en los padres, que usu/almente tampoco conocen del ánime ni del juego. Otra cosa que dicen es: "Basta de buscar pokémon, mejor busquemos a Jesús". No sé cuál es el problema: ambos buscamos seres invisibles.
Ya encontré a Yisus (?)
Pokémon como medio de socializar.
Antes, cuando no había Internet, los niños jugábamos fútbol en la calle con los de la cuadra. Íbamos con los vecinos, tocábamos el timbre, y nos íbamos corriendo. Le podíamos pedir fiado a la señora de la tiendita porque nos conocía (y porque sabía dónde vivíamos. quiénes eran nuestros papás y no había modo de escaparse). Ahora, en un mundo como el de ahora donde todo se lleva a cabo virtualmente, un juego interactivo que te obligue salir al mundo exterior a mi punto de vista es original e innovador. No pretendo por ahora lanzar tips de cómo hacer fuerte a los pokémon que atrapes o de cómo ganar batallas de gimnasio, etcétera; puesto que yo aún no conozco el juego y dependo en gran parte del conocimiento que el Internet y mis conocidos me brinden. Lo que sí les puedo compartir es la experiencia que he tenido desde que he empezado a jugar. Para una persona introvertida como yo, salir de mi espacio de confort como lo es mi habitación, es difícil. Me intimida el salir a hablar con personas frente a frente y cuando decido salir, la charla trivial me aburre y no veo el momento de llegar a mi casa y continuar con las cosas que me gustan. Sin embargo, el hecho de querer atrapar pokémon me ha motivado para salir y conocer mi cuadra. Me pongo bloqueador solar, una mochila para el agua y mi billetera, una cachucha y mis lentes de sol y estoy lista. He hablado con los vecinos más en estos días que en el año pasado.
–¿Ese es el juego del pokémon del que hablan en la tele? –me preguntan. Yo sonrío porque me da un poco de pena, y admito que sí, que es el juego– ¿Y cómo se juega?
Inclusive he conocido vecinos quienes han vivido a mi lado por más de 20 años y apenas nos presentamos hace un par de días cuando salí a jugar por primera vez.
Hola vecina, no nos hemos hablado en 20 años, pero ¿podemos pasar? Hay un Pikachu en su patio.
Pokémon y la familia.
Otra cosa que me ha servido el juego es para pasar tiempo con mis padres. De nuevo: para una introvertida como yo que no le gusta salir de su rutina ni de su casa, ahora cuando mi mamá me pide que la acompañe al banco, lo veo como una oportunidad de cazar pokémon, recibir cositas en las paradas, conocer dónde hay más gimnasios, etcétera. Pero dirán: «¡Urd, eso es hipócrita! Estás usando a tu mamá para capturar pokémon.» Y sí, no lo niego. Tampoco es como que la ignoro o que sólo veo qué voy a ganar yo. Platicamos también, o aprovecha ella para pasar al mercado y al final yo tengo que cargar todas las bolsas. Es, como le dicen en inglés, un win-win situation. Con mi papá es diferente: es geek de clóset. Le gusta todo esto, pues le encanta lo que tenga que ver con creatividad y a su manera, se involucra. Él va manejando, y voy viendo el celular esperando que salga uno.
–¡Papá, haz alto, aquí hay un Jolteon!
–¿Un qué? –Y no es como que mi papá se espera; ahí mismo busca orillarse mientras yo intento atraparlo. Se inclina para ver cómo juego. –Oye, ese está grande y se ve malo, atrápalo, mi'ja.
Cuando por fin lo atrapé, mi papá siguió manejando, de repente se desvía.
–Me gusta para que aquí haya un pokémon.
No sé cómo lo supo, pero salió un Bulbasaur y no he vuelto a encontrar otro.
Tiempo de calidad con la familia buscando pokémon.
¿Pokémon para bajar de peso?
Otro detalle del juego es incubar los huevitos de dónde te pueden salir otros pokémon. Hay de 2, 5 y 10 kilómetros que tienes que recorrer caminando para que nazca, hasta donde tengo entendido. Admito que he salido a caminar 5 kilómetros para ver qué pokémon me sale. Un estimado de las calorías perdidas en una caminata 5 kilómetros es igual a 350 calorías. Lo que debería ser una comida balanceada. Claro que no estoy diciendo que uno puede bajar de peso exclusivamente con este juego, pero es mejor que 0 calorías estando pegada al monitor.
Confieso que lo he hecho.
Aún no he tenido oportunidad de tener una batalla de gimnasio, tanto mis conocidos como el Internet me piden que espere a estar en un nivel más alto, (entre 15 y 20) pero no puedo esperar el momento en salir a defender el honor del Team Instinct y mi cuadra de los equipos ajenos. Imagino que, a pesar de no ser algo del otro mundo, debe ser emocionante y ciertamente veo la posibilidad de hacer amistades. Quizá no. Quizá sólo es un juego equis y al final no conozca a nadie. Quizá es sólo un sueño guajiro, sin embargo, el concepto de la realidad aumentada y Pokémon Go alguna vez también alguna vez fueron sólo un sueño guajiro.No todo es bueno al 100%, mucho menos algo tan innovador como un juego de realidad aumentada, de hecho sí tiene sus peligros y la gente que se aprovecha de esto para los jugadores. Yo me he topado con uno que otro, pero eso… es es algo para otro momento. Por ahora, espero que hayan disfrutado de este pequeño vistazo a mi experiencia, en unos días más les cuento la segunda parte.
Written by urd at 2016-08-02 23:27:49.
Updated by urd at 2016-08-04 02:05:30.
Pokémon Go, este grandioso juego tan popular que ha arrasado con la atención y los celulares de grandes y chicos por igual. Desde sus inicios en 1999 (Latinoamérica) ha sido objeto de diferentes críticas que intentan opacar los aspectos positivos de lo que representa esta franquicia. Comentarios como “Ya deja eso y ponte a trabajar”, “Qué ridículo; tan grande tú y jugando a atrapar animalitos imaginarios”, y “Deja de buscar pokémon y mejor busca a Jesús” sólo dejan en visto la ignorancia de las personas que juzgan sin fundamento alguno, como si ellos mismos fueran tan infelices que no desean ver a nadie más divertirse a su gusto. Existen aún muchas personas que intentan desanimar a las personas de jugarlo, diciendo que es una pérdida de tiempo, que no trae nada bueno, y demás. Analicemos los aspectos positivos y negativos del juego, basados únicamente en mi experiencia y opinión.
O sea, en mi muy poca experiencia.
Pokémon Go vs. fanatismo religioso.
No me voy a meter mucho en esto porque la religión de por sí es un tema muy sensible. Sin embargo, no es ajeno a nosotros los otaku que los religiosos generalmente nos van a intentar evangelizar, o lanzarnos sus argumentos más feos para dejarnos saber que lo que nos gusta nos llevará al infierno; todo porque los pokémon evolucionan, algo con lo que el cristianismo está contundentemente en contra. También, los argumentos que dan son bastante tontos: hacen alusión a que uno controla a los pokémon como Salomón a los demonios. Obvio esto carece de sentido común y exhibe un fanatismo y una ignorancia extrema con todo lo que tiene que ver esta franquicia. Sin embargo al ser una comunidad muy grande y con influencias, las opiniones al respecto siempre van a pesar fuertemente en los padres, que usu/almente tampoco conocen del ánime ni del juego. Otra cosa que dicen es: "Basta de buscar pokémon, mejor busquemos a Jesús". No sé cuál es el problema: ambos buscamos seres invisibles.
Ya encontré a Yisus (?)
Pokémon como medio de socializar.
Antes, cuando no había Internet, los niños jugábamos fútbol en la calle con los de la cuadra. Íbamos con los vecinos, tocábamos el timbre, y nos íbamos corriendo. Le podíamos pedir fiado a la señora de la tiendita porque nos conocía (y porque sabía dónde vivíamos. quiénes eran nuestros papás y no había modo de escaparse). Ahora, en un mundo como el de ahora donde todo se lleva a cabo virtualmente, un juego interactivo que te obligue salir al mundo exterior a mi punto de vista es original e innovador. No pretendo por ahora lanzar tips de cómo hacer fuerte a los pokémon que atrapes o de cómo ganar batallas de gimnasio, etcétera; puesto que yo aún no conozco el juego y dependo en gran parte del conocimiento que el Internet y mis conocidos me brinden. Lo que sí les puedo compartir es la experiencia que he tenido desde que he empezado a jugar. Para una persona introvertida como yo, salir de mi espacio de confort como lo es mi habitación, es difícil. Me intimida el salir a hablar con personas frente a frente y cuando decido salir, la charla trivial me aburre y no veo el momento de llegar a mi casa y continuar con las cosas que me gustan. Sin embargo, el hecho de querer atrapar pokémon me ha motivado para salir y conocer mi cuadra. Me pongo bloqueador solar, una mochila para el agua y mi billetera, una cachucha y mis lentes de sol y estoy lista. He hablado con los vecinos más en estos días que en el año pasado.
–¿Ese es el juego del pokémon del que hablan en la tele? –me preguntan. Yo sonrío porque me da un poco de pena, y admito que sí, que es el juego– ¿Y cómo se juega?
Inclusive he conocido vecinos quienes han vivido a mi lado por más de 20 años y apenas nos presentamos hace un par de días cuando salí a jugar por primera vez.
Hola vecina, no nos hemos hablado en 20 años, pero ¿podemos pasar? Hay un Pikachu en su patio.
Pokémon y la familia.
Otra cosa que me ha servido el juego es para pasar tiempo con mis padres. De nuevo: para una introvertida como yo que no le gusta salir de su rutina ni de su casa, ahora cuando mi mamá me pide que la acompañe al banco, lo veo como una oportunidad de cazar pokémon, recibir cositas en las paradas, conocer dónde hay más gimnasios, etcétera. Pero dirán: «¡Urd, eso es hipócrita! Estás usando a tu mamá para capturar pokémon.» Y sí, no lo niego. Tampoco es como que la ignoro o que sólo veo qué voy a ganar yo. Platicamos también, o aprovecha ella para pasar al mercado y al final yo tengo que cargar todas las bolsas. Es, como le dicen en inglés, un win-win situation. Con mi papá es diferente: es geek de clóset. Le gusta todo esto, pues le encanta lo que tenga que ver con creatividad y a su manera, se involucra. Él va manejando, y voy viendo el celular esperando que salga uno.
–¡Papá, haz alto, aquí hay un Jolteon!
–¿Un qué? –Y no es como que mi papá se espera; ahí mismo busca orillarse mientras yo intento atraparlo. Se inclina para ver cómo juego. –Oye, ese está grande y se ve malo, atrápalo, mi'ja.
Cuando por fin lo atrapé, mi papá siguió manejando, de repente se desvía.
–Me gusta para que aquí haya un pokémon.
No sé cómo lo supo, pero salió un Bulbasaur y no he vuelto a encontrar otro.
Tiempo de calidad con la familia buscando pokémon.
¿Pokémon para bajar de peso?
Otro detalle del juego es incubar los huevitos de dónde te pueden salir otros pokémon. Hay de 2, 5 y 10 kilómetros que tienes que recorrer caminando para que nazca, hasta donde tengo entendido. Admito que he salido a caminar 5 kilómetros para ver qué pokémon me sale. Un estimado de las calorías perdidas en una caminata 5 kilómetros es igual a 350 calorías. Lo que debería ser una comida balanceada. Claro que no estoy diciendo que uno puede bajar de peso exclusivamente con este juego, pero es mejor que 0 calorías estando pegada al monitor.
Confieso que lo he hecho.
Aún no he tenido oportunidad de tener una batalla de gimnasio, tanto mis conocidos como el Internet me piden que espere a estar en un nivel más alto, (entre 15 y 20) pero no puedo esperar el momento en salir a defender el honor del Team Instinct y mi cuadra de los equipos ajenos. Imagino que, a pesar de no ser algo del otro mundo, debe ser emocionante y ciertamente veo la posibilidad de hacer amistades. Quizá no. Quizá sólo es un juego equis y al final no conozca a nadie. Quizá es sólo un sueño guajiro, sin embargo, el concepto de la realidad aumentada y Pokémon Go alguna vez también alguna vez fueron sólo un sueño guajiro.No todo es bueno al 100%, mucho menos algo tan innovador como un juego de realidad aumentada, de hecho sí tiene sus peligros y la gente que se aprovecha de esto para los jugadores. Yo me he topado con uno que otro, pero eso… es es algo para otro momento. Por ahora, espero que hayan disfrutado de este pequeño vistazo a mi experiencia, en unos días más les cuento la segunda parte.
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