No llores, que te pones feo

Compartir en:

Escrito por zulema el 2016-03-23 23:00:45.

Actualizado por zulema el 2016-03-23 23:14:29.

Llorar nunca ha sido malo, ni signo de debilidad. Llorar es humano, es sentimiento, es signo de vida.

Durante muchos años nos han “impedido” llorar. Si lloramos somos feos, o eso nos decían siempre. No se puede llorar por tonterías. Pero, ¿quién podía juzgar si realmente era tontería? Nada importaba, llorar estaba mal. Expresar tus sentimientos podía implicar ser acusado, ridiculizado. Las lágrimas no generaban empatía, sino rechazo.

Y tenías que asumir que junto a tu dolor, debías sumar el dolor de sentirte rechazado, incomprendido, abandonado emocionalmente. Sentías ganas de llorar y procurabas esconderte, que nadie te viese soltar esas lágrimas, que nadie viese lo flojo que eras. Que no se burlasen de tu dolor, de tu malestar. ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas cuántas veces intentaste contener las lágrimas delante de alguien? ¿Recuerdas cuántas veces, con disimulo, tratabas de eliminar la lágrima que asomaba en tu ojo?

Si recuerdas y sentiste todo lo que te comento, entenderás que es momento de cambiarlo. Es el momento de empatizar, de acompañar, de abrazar. Es el momento de ayudar a poner nombre, de normalizar, de dejar fluir, dejar que pase.

Recuérdalo siempre. Cada vez que veas a un niño llorar, antes de abrir la boca o hacer algún gesto, recuerda lo que tú un día sentiste, y pregúntate si quieres que ese niño sienta lo mismo. Si tu respuesta es negativa, busca otra forma. Acompáñale. Es un niño, pero también siente.

Ignorar las emociones negativas y no enseñar a gestionarlas posteriormente se convertirá en un problema. Hoy en día podemos encontrar a muchos adultos que no saben empatizar, escuchar o comprender a otra persona, y nos preguntamos a menudo, ¿pero cómo puede ser así? ¿cómo puede no darse cuenta? pero si damos hacia atrás en el tiempo y revisamos su infancia, quizá podamos encontrar muchas respuestas a esas preguntas que parecen no tenerla. Un niño que nunca es escuchado o comprendido difícilmente en el futuro podrá empatizar con otras personas. Un niño al que le ignoras su dolor del momento, por pequeño que pueda parecernos, mañana no sabrá pararse a escuchar y comprender el dolor de otra persona.

Si queremos que mañana nuestros niños sean personas con capacidad de gestionar sus emociones, debemos enseñarles desde bien pequeños. Es un aprendizaje muy largo, de toda una vida, pues estamos constantemente lidiando con nuestras emociones y sentimientos. Dejemos de ridiculizar, dejemos de decirles que si lloran o gritan se ponen feos, o simplemente que eso está mal. Esos actos expresan emociones y debemos permitirlos, nuestro trabajo es enseñarles a canalizar de una forma sana, no programarlos para ignorar las emociones "negativas".

Empecemos a crear de verdad adultos sensibles al mundo y no sólo a sí mismos.

1082views. 0 likes.